lunes, 24 de noviembre de 2008

mmm sin título

Es la primera vez que escribo antes en Word. Están emocionados? Muchas cosas emocionantes últimamente en este blog… no tengo internet en la casa y tengo miedo de que se me olvide lo que quiero decir.

En fin, el caso es que ya tengo qué leer, gracias a Gandhi: los ejércitos de la noche de Norman Mailer, y Close Range: Brokeback Mountain and other stories, de Annie Prolux. El primero ya lo empecé y me está gustando mucho. El segundo tiene una foto de mi novio Heath Ledger en la portada, y eso me molesta un poco. Odio los libros con fotos de la película. Y además dice “winner of 3 academy awards”, como si los hubiera ganado EL LIBRO y no LA PELÍCULA, y todos sabemos que esas son 2 cosas muy distintas.

Es bueno tener dos libros y la cartera vacía, porque lo que estaba quedando vacío era mi cerebro. El libro de Juana la loca que le robó mi madre al abuelo me estaba deprimiendo bastante. Eso de la vida en la corte y el esposo infiel y el hijo que te encierra en la torre… No digo que los que compré sean muy uplifting, pero me molesta que mi madre no haya escogido mejor.

Y es que mi abuelo (papá grande, le digo) tiene una biblioteca envidiable. Hay desde el viejo Shakespeare hasta Pérez Reverte. Hay Octavio Paz, Dylan Thomas, Pessoa, García Lorca, García Márquez, Vargas Llosa, Le Carré, Woolf. Hay biografías del Ché y de Fidel, y hay el manual del anarquista. Hay libros sobre pintura, fotografía y cine. Hay una foto que dice 10 razones por las cuales regalar libros. Esa foto me encanta y siempre la leo y siempre pienso que tiene tantísima razón.

Papá Grande cree en la Revolución, en todo lo que provenga de España, su patria, y en la provocación. Es un intelectual burgués que no hubiera aguantado ni 3 días en combate con el Che, y mucho menos en la Cuba de Fidel. Pero fue a Rusia durante la Guerra Fría y se maravilló de sus calles impecables y su frío.

Trajo a Almódovar a Mérida, cuando las señoras bien se persignaban y /o se salían de la función. Pero le gusta el pelo largo en sus hijas y nietas. No sabe cocinar ni hacer nada de la casa. No ha corrido ni un solo día de su vida.

El día de su cumpleaños 80 dio el mejor discurso que he escuchado en mi vida. Dijo que esperaba con especial interés cumplir los 85, porque entonces se convertirá legalmente en un anciano senecto y podrá mear en la calle sin esperar sanción alguna. Esto viene de un hombre que fue jefe de la policía de caminos.

Este año cumple 81. Dentro de cuatro ya no saldré a la calle con él, porque sé que va a cumplir su amenaza. Y porque maneja horrible, en su auto destartalado y lleno de calcomanías. En algún momento decidió convertirlo en un “monumento a lo naco”, según sus palabras.

El caso es que el hombre es un personaje, que puede hablar de muchos temas con autoridad, y en otros permanece en la total ignorancia. Ahora está quedando sordo, pero dice que no le importa, porque de todas formas la gente dice demasiadas pendejadas… a veces yo también quisiera estar sorda, Papá Grande.

Pero así, senecto, sordo, terco y gritón, tiene una conexión física con sus libros. Es muy difícil que te preste uno, y si lo hace, lo quiere de regreso a los tres días. Puede olvidar ponerse ropa limpia, pero jamás que te llevaste a uno de sus tesoros.

Cuando dije Biblioteca, tal vez pareció que es algún lugar específico con algún tipo de orden sistemático. No no no. Son muebles y muebles a lo largo de la casa, con dos o tres filas de libros apilados, acomodados o achocados. Aún así, creo que él sabe dónde está cada uno.

El laberinto de la soledad, por ejemplo, prefirió comprármelo antes que prestarme su ejemplar. Y lo dedicó, con su letra larga y elegante. Ahora yo no prestaré jamás ese libro, porque es la dedicación más hermosa, más llena de ilusiones que no se cumplirán: “para mi nieta María José, hoy como lectora, mañana como autora”.

También mandó a re empastar un tomo de cartas de George Sand y me lo regaló, para que yo vea lo difícil que fue ser mujer antes… y ahora le robé a Juana la Loca, otra que por mujer, por caliente y por ingenua está ahora en mi triste mesa de noche y no en aquella rica biblioteca de loco.

5 comentarios:

Otramaría dijo...

conmovida...

Leu dijo...

Me encantó esta entrada, Joe. Así, completamente.

Anónimo dijo...

jajaja me meti solo para escribir
Me encanto esta entrada (notese como el mio es SIN ACENTO) y en eso veo el comentario de Lorena
jajaja
love u my dearest
Rosy

Una dijo...

Hola!.. jeje gracias por tu comment.. de tu escrito! jeje.. soy alguien que es amante de las artes escenicas y de las letras.. pero que nada mas no se le da. Alguién que se la vive en exposiciones pero que nunca a pintado.

Me llego la revista de la ESAY y ahí vi tus letras.

Lovely.

Un abrazo

Unknown dijo...

Prima, el domingo que fui a desayunar con los abuelos, cuando ya me estaba yendo y me despedía de Papá Grande, me dijo: cuando necesites algún libro para tu nuevo trabajo (ah sí, tengo mi primer trabajo remunerado económicamente =), dimelo para que te lo lleves. Me emocioné porque sé lo importantes que son sus libros para él. No se puede ser original cuando se siente lo mismo: me encantó la entrada.
P...