viernes, 19 de junio de 2009

una reseña que no es reseña

Llevo como 24 horas tratando de escribir esta entrada. Pierde uno la costumbre...

Luego pensé que nunca reseñé About a boy. Mi madre me hizo el favor de cargarlo en su maleta desde los Unaited Esteits y me hizo muy feliz. Es exactamente como pensaba, uno de esos libros que se leen rápido pero te dejan pensando mucho tiempo, que hacen reír casi en cada página, esa risa y ese humor que también duelen un poquito.

En una parte de High Fidelity, Rob se pregunta qué fue primero: la música deprimente o la gente deprimida. En un debate tipo el-huevo-o-la-gallina, Rob analiza que lleva más años escuchando notas tristes que deprimido, y que alejamos a los niños de la violencia y los insultos pero no de la inmensa desolación de la música.

De la misma manera, me he estado preguntando por qué me gustan tanto estos dos libros de Nick Hornby, donde protagonistas masculinos hacen todo lo posible por alejarse del mundo, por aisalrse en unos cuantos placeres solitarios sin crear conexiones duraderas con otros seres humanos.

Porque, por si no lo han notado, a mi me obsesiona conectarme, salir de mí misma, acercarme a lo de afuera. Es extenuante, pero he decidido que vale la pena. Aunque al final, no importa lo que haga, voy a estar siempre sola con mi propia piel, mi mente llena de esquinas inesperadas y el alma que no he decidido si tengo.

Will y Rob, no importa lo que hagan, tienen que subirse a este loco ruedo de la convivencia humana, al absurdo de amar a alguien que no es uno mismo, y la confusión de decidir cuánto se muestra y cuánto se guarda.

Resultó que todos mis libros favoritos son acerca de lo mismo, identidad y comunicación. ¿Qué nos hace ser?, ¿qué tanto de eso podemos dar a los demás?. Detrás de mi introspección obsesiva está el deseo de entender de la misma forma al mundo. Detrás de mi verborrea infinita están las ganas de saber todo lo que se puede saber.

Los libros son una parte de ambas cosas, me dan satisfacción personal pura e instantánea, pero realmente no sirven de nada hasta que no los hago parte de mi vida, hasta que no crean un mínimo cambio de conducta o pensamiento. About a boy lo leí hace casi un mes y sigue apareciendo en mis reflexiones. No puedo pedir mucho más de un libro.

1 comentario:

Eduardo Huchin dijo...

Todavía el viernes leía un ensayo de Chuck Palahniuk donde decía que la literatura necesitaba de esas dosis de soledad-contacto con los demás, que la novela se hacía con todas esas historias que escuchaba de los demás, pero al momento de sentarse a escribirla no quería saber de nadie. Chuck admite que su tema es precisamente "la conexión con las otras personas" (inluso cuando es a través de la salvación, como "Asfixia", o los golpes, como "El club de la pelea").