sábado, 10 de enero de 2009

intelectuales y no intelectuales

Creo que hoy es el cumpleaños de mi blog.YAY.

1.Les ha pasado que ven o escuchan algo y saben que están cerca de entenderlo, pero no lo comprenden del todo? como una revelación a medias, un esbozo de brillantez, un instante previo a que se haga la chispa?. Me pasa muy seguido con el arte contemporáneo, con las imágenes. Sé que hay algo ahí, algo trascendente o sabio o profundo, pero no puedo alcanzarlo. Como nostalgia de lo que no he tenido, como un olor que trae el viento pero no puedes identificar.

Las palabras, por otro lado, esas suelen traer certezas y verdades, o al menos preguntas claras. Entre palabras puedo moverme y razonar. Ordenarlas y dirigirlas. Las palabras han sido siempre mis amigas.

2. No sé si hay, pero debería haber, un manual práctico para el aplauso. Odio los eventos en los que la gente aplaude al menor silencio, odio aplaudir cuando cualquier hijo de vecino con un micófono empieza a hablar. No me gusta cuando hay una ovación de pie y luego te tienes que quedar ahí parado aplaudiendo porque nadie sabe cómo terminar esa ridiculez que han iniciado.

El aplauso debería ser reservado para momentos de genuina admiración.

4 comentarios:

d dijo...

Agreed!

los aplausos son incómodos.

Juan Camilo Rodríguez Pira dijo...

No sé, no sé, como que uno necesita un carretazo desde antes para entrar ahí, para empezar a pensar mejor las cosas, para que lo que uno piensa se monte en algo. Creo.

José Bolio dijo...

Si de aplausos vamos* a hablar, prefiero aborrecer los aplausos estúpidos como los del cine: Entran a una película** a sus 10 años de edad y de repente***, después de una escena en la que una niña vence a su oponente (caso imposible en la vida real) todos comienzan a aplaudir en la sala. Esto hace saltar una primera inquietante, un poco estúpida debo aceptar, "¿por qué aplauden?" inmediatamente "¿aplaudo yo?", ya que estoy aplaudiendo "¿quería aplaudir?, ¿ya puedo parar?". Y entonces viene a tu cabeza de niño algo que ahora podríamos relacionar con algo que te reprochas después de haber hecho o dicho algo mientras estabas alcohólicamente intoxicado, "¿por qué lo hice, por qué aplaudí?".

Ese es un aplauso del que me arrepiento profundamente, y la razón de mi arrepentimiento es que ya no sé si esa película** es o no buena, porque a pesar de que la recuerdo muy bien (a diferencia de muchas películas buenas que luego de un tiempo olvidamos) no sé si es o no buena, sólo se que la recuerdo por el ebrio aplauso que di después de aquella escena.

Como punto final, una duda que no vino a mí en aquel momento sino hasta años después: "¿a quién chingados**** le aplaudían si los actores no los escuchan ni ven?".



* voy.
** Jurasic Park II.
*** jamás había escrito la palabra "repente".
**** nótese que a los 10 años era niño bueno y no insultaba, pero cuándo surgió la última pregunta, mi maleable mente/lenguaje ya había sido bombardeada/o lo suficiente por las presiones sociales de encajar con los demás "machos" de mi sociedad mexicana.

María José dijo...

JAJAJAJA, reí mucho con esta historia.

Creo que lo de aplaudir en salas de cine pasa en festivales como Cannes o Berlín, cuando los actores SÍ están ahí... Pero definitivamente mi manual práctico de los aplausos diría que no se debe aplaudir en Jurassic Park bajo ninguna circunstancia