martes, 10 de febrero de 2009

innovaciones tecnológicas

El semestre pasado, al llegar a la escuela nos esperaba una sorpresa: un elevador. Mis clases son todas en la planta baja, pero el estudio de radio y televisión está en el segundo piso (no tercero, como dice la gente…el caso es que hay que subir dos escaleras), así que era una noticia muy feliz.
Realmente, casi nunca lo uso. Dice que caben 20 personas pero no le creo nada, está diminuto y siempre creo que va a atorarse o algo así. Pero es bueno tener un elevador.
Este semestre, la sorpresa fue mucho mejor: pusieron una máquina para cargar celulares en la cafetería. Siendo como soy, una niña de provincia, sólo había visto una antes, en algún centro comercial del DF. Una de mis amigas dijo que las ha visto en aeropuertos. Y ahora está aquí, en la Universidad Modelo. Lucky us.
Mientras comíamos nos la pasamos analizando la razón de ser de tal muestra de tecnología tan cerca de nosotros. Concluimos que no tiene sentido pagar 5 pesos por 5 minutos para cargar ¿cuánto? ¿una rayita de batería?, en una escuela que está llena de contactos donde puedes poner cómodamente tu PROPIO cargador. GRA TIS.
Además, la máquina dice las marcas de las diferentes compañías de celulares: movistar, unefón, telcel, iusacell…y iphone. Ok, ¿qué importa de qué compañía sea mi celular? ¿no lo que importa más bien es la marca y el modelo?. Y ¿por qué tiene una pantalla donde se pasan imágenes de La Era del Hielo?, ¿por qué alguien decidiría invertir su dinero en ese aparato? ¿y ponerlo en la modelo?.Todo es muy confuso.
Días después, agotadas las posibilidades de conversación sobre el tema (¿hay que quedarse parados al lado mientras se carga? Sí, me temo que sí), estábamos criticando la ropa de otras niñas. Una de mis amigas necesitaba crédito en su celular pero no quería comprar una tarjeta de 100 pesos. Le sugerimos que pregunte a los encargados de la cafetería si venden $30 o $50 de crédito.
Regresó riéndose.
Le dijeron que para eso sirve el aparato nuevo.
mmm, gracias, pero creo que es para otra cosa…
Me encanta mi universidad.

1 comentario:

Carlos dijo...

Te aseguro que lo mismo pasó al principio cuando introdujeron al mercado las máquinas expendedoras de dulces. También las de refrescos y aún así, siguen habiendo tienditas de la esquina.