jueves, 10 de septiembre de 2009

lo que pienso de maicol

la columna semanal q me obligan a escribir:


Michael Jackson está muerto. Detrás de todos los programas especiales, suplementos en el periódico y demás locura mediática está la simple verdad: el ícono, la leyenda, el showman ha dejado de respirar. Ya no habrá conciertos en Londres ni canciones nuevas. No más viajes a Neverland.

Esto me queda clarísimo a mí, pero parece que a los medios no. Estoy HARTA de prender la tele y ver especiales, recuerdos, homenajes y demás faramalla concerniente al Rey del Pop.

Cuando pienso en Michael recuerdo a mis primos presumiéndome sus copias de “History”. En 1995 yo no tenía idea de quién era aquel personaje de la portada, esa estatua enmarcada bajo un cielo rojizo, pero el efecto seguía siendo impactante.

Con el paso de los años fui entendiendo la figura de Jackson, un hombre que lo hacía todo en grande: no videos musicales, sino pequeñas películas, no conciertos sino espectáculos masivos, no romances sino boda con Lisa Marie Prestley, y no problemas legales sino escándalos de pedofilia. Michael era una auténtica estrella.

Este sábado cincuenta mil personas conmemoraron el que hubiera sido su 51 cumpleaños reuniéndose en el Monumento a la Revolución en la Ciudad de México. Dirigidos por un imitador, 12, 937 de ésas personas bailaron al ritmo de Thriller para romper un récord mundial. En todo el mundo se celebraron actos parecidos, recordando al artista.

¿Qué tenía Michael que le hablaba a tanta gente? ¿por qué un hombre acusado dos veces de uno de los crímenes más terribles sigue causando esa emoción colectiva? Tal vez nunca lo sepamos, pero sospecho que es su mezcla de dolorosa humanidad con fantástica celebridad. Un hombre con problemas, traumas y deseos igual que los nuestros, pero con la capacidad de llevarlos a un punto nunca antes visto por medio de su talento.

Su gran amiga Liza Minelli dijo en una entrevista a CBS después de su muerte que la autopsia traería grandes revelaciones “se va a desatar el infierno, qué bueno que lo estamos celebrando ahora”. El resultado por fin llegó: todo apunta a homicidio por combinación letal de drogas.

Es triste que un hombre tan poco convencional haya terminado por la misma razón que tantas otras estrellas y millones de simples mortales. El Rey del Pop no escapó a las adicciones, el ser humano prevaleció a la leyenda.

La comercialización no se ha hecho esperar, y Michael está produciendo dinero desde la tumba. Los fans eligen bailar, entre todos los hits, Thriller. Tal vez es que, en algún rincón irracional, esperan que se alce otra vez de entre los muertos, para ponernos a bailar a todos.

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