miércoles, 14 de octubre de 2009

MIREN! UNA ENTRADA!


Hey, estoy viva :) aquí les dejo un artículo de opinión escrito hoy a las 8 am para mi clase de las 9. Una entrada única y exclusiva MUY PRONTO. ok? ok.

Es el primer capítulo de “Mexico’s next top model” y Elsa Benítez, modelo mexicana internacional, le pregunta a una de las concursantes “¿sabes que estás pasada de peso?”. Mirando en la pantalla al cuerpo de la aspirante a maniquí no puedo evitar pensar que si ella está pasada de peso yo soy el ser humano más parecido a una morsa obesa que ha existido.

El mundo de la moda vive de las controversias. Es tan competitivo que los shows, las colecciones y los diseñadores necesitan transgredir, provocar o sorprender para llamar la atención de los consumidores. Eso es noticia vieja. Y las modelos no se escapan del debate.

Desde hace unos años, con el boom de las investigaciones sobre anorexia, bulimia y otros desórdenes alimenticios, la sociedad ha presionado para acabar con los estándares imposibles que impone esta la millonaria industria. Pero cambiar es difícil.

En los noventas se acuñó el término “heroína chic” para definir al look de mujeres extremadamente flacas, con aspecto de drogadictas pero…bueno, chic. Kate Moss se catapultó a la fama gracias a que todos teníamos ganas de darle un sándwich, una cama y un corrector de ojeras.

Karl Lagerfeld, diseñador de Chanel y gran leyenda entre fashionistas, opinó la semana pasada que “las señoras gordas se sientan frente a la televisión comiendo papas fritas y dicen que las modelos flacas son feas”. Argumenta también que el mundo de moda es uno de “sueños e ilusiones” y que “nadie quiere ver mujeres curvilíneas en él”.

No sé a quién le ha estado preguntando Karl, porque la tendencia parece ser otra. El diseñador Mark Foster mostró su mas reciente colección en chicas de tallas extras( y cuando dicen “tallas extras” se refieren a “tallas de una persona de verdad”) y la popular revista alemana Brigitte anunció que dejará de presentar modelos profesionales, para centrarse en una belleza más común.

Además, un anuncio de Ralph Lauren donde una modelo aparecía tan modificada que su cabeza era más grande que su pelvis será retirado y la marca ofreció una disculpa por presentar una “imagen muy distorsionada del cuerpo de una mujer”. Claro, esto sólo sucedió después de que un sitio de internet se burló de la foto hace una semana.

Ralph Lauren amenazó primero con demandar y después, al estudiar la opinión pública, la casa de modas decidió admitir su error, haciéndose responsable por la “mala imagen y retoque”

Obviamente, las medidas de Foster y Brigitte no salen simplemente de la bondad y sencillez de sus corazones. Son estrategias de mercado, igual que lo es la visión de Lagerfeld de mantener sus colecciones como objetos del deseo alcanzables sólo para unos pocos.

El arte no tiene la obligación de enseñar, de predicar valores y mucho menos de moralizar. Si se ve a la moda como un arte, no tengo ningún inconveniente en utilizar mujeres de 5 metros y 20 kilos para exponer creaciones. Pero la gran diferencia, una que Lagerfeld parece estar olvidando, es que dichas creaciones pierden su propósito si no son usadas por alguien.

Y en estos momentos de crisis, las casas de moda no pueden alienar a sus públicos, tienen que dejar de venderle sólo a los más privilegiados, buscar espacios nuevos y cambiar. La sociedad parece estar harta de los retoques con photoshop y las medidas inalcanzables. En un mundo donde todo es artificial, donde la belleza existe sólo en un mundo digital donde nadie tiene cicatrices, imperfecciones o arrugas, sería bueno que Elsa Benítez y todos nosotros pensáramos más en la salud y menos en los centímetros.