sábado, 10 de abril de 2010

¿Quién te gusta? y otras preguntas que espero no volver a escuchar

Nunca voy a volver a leer como cuando estaba en secundaria. Hay muchas cosas que uno pierde en el paso por la adolescencia, unas más divertidas que otras. Yo perdí una sorprendente capacidad para abstraerme en todo tipo de historias y gané una identidad. Quiero pensar que valió la pena.

Entre ayer y hoy releí "Si tú supieras..." un libro de como 90 páginas sobre Zoe, la típica niña que es amiga de todos y que por eso no le gusta a los niños. Tiene cuatro hermanas mayores y todas le advierten sobre el "séptimo grado", las hormonas y el llanto en los baños de la escuela.

A los doce, trece, catorce años, leí ese y otros libros como una adicta. Sin saborear y sin aprehender. Lo importante era llenar mi cabeza de las palabras de otros. Supongo que los adolescentes normales hacen lo mismo con videojuegos, televisión o pornografía. La única forma de evasión que yo conocía entonces eran las páginas de los libros que llenaban las paredes de mi casa. El internet era lento y la computadora casi de juegete; mi madre le dice "caja idiota" a la tele y vigilaba como sabueso las horas de exposición a la idiotez.

A veces extraño la sensación de total ensimismamiento, que no he vuelto a encontrar (bueno, viendo The Girls Next Door, juro que he oído morir a mis neuronas) . Realmente las decenas de libros que leí no cuentan, porque ahora me es difícil recordar la trama, lo que me hicieron sentir o lo que aprendí de ellos. Gracias a dios no existían los emos y gracias a dios que no me gusta vestirme de negro, porque yo hubiera sido una candidata perfecta.

Las hermanas de Zoe no pueden evitar darle consejos, aunque saben que es una etapa que tiene que vivirse. Los cuentos para prevenirla caerán en saco roto, como todo lo que se dice a adolescentes de trece años. Lo sé porque recuerdo tener trece años mejor de lo que quisiera, y porque he aconsejado tres hermanitas.

Y si pudiera aconsejar también a mi yo de trece años, le diría que hay una razón por la que, en el libro, nunca sabemos si Zoe le confesó a Tommy que le gusta. Los libros para pubertos tienen que tener finales abiertos. Todo debe tener un final abierto. En la vida, no hay camino que no se bifurque, decisión que no se cuestione o relación que no se complique.

A Zoe le gusta Tommy y a Tommy le gusta Zoe. Pero CJ es la mejor amiga de Zoey y a ella le gusta Tommy también. Toda la maldita vida es acerca de lo mismo.


2 comentarios:

ur sister, you know which one. dijo...

I'm gonna kiss your ass a little bit here and only here, pero esto definitivamente me gustó y me reí y quiero se como tú y esto es algo sobre lo que yo escribiría (La parte de Zoe, yo si salía a los 13 años) then again, si supiera.

Ya que definitivamente soy una Zoe sin las camisetas anchas y con faldas cortas me siento con la seguridad de afirmar que Tommy sigue hasta este momento sin saber los profundos sentimientos de la treceañera en cuestión y que como cualquier puberto deportista le gusta más la bailarina CJ que la que actually has something in common with him.

No creo que nadie jamás escriba nada mejor sobre este libro que tú, como pasa con muchas cosas que escribes como resultado de ver mucha reality tv/leer muchos libros con letras grandes y 90 pags.

Se mereceran "Las Gemelas de Sweet Valley" un post? (sabías que hay serie de TV?)

Anónimo dijo...

jajajaja, eso significa que me vas a robar al novio!? OMG!
Me encanto este POST
aunque me gustaria saber un poco más sobre zoe y tommy JIJIJIJI
rous