jueves, 8 de julio de 2010

mientras tanto, en mi Tumblr...

Escribí algo acerca de películas, libros, etc. que reflejan nuestros sentimientos exactos. Y cómo no he tenido ese placer.Pasen y lean :)

sábado, 10 de abril de 2010

Ollas Rosadas y Problemas Mundiales. Un post con demasiadas Mayúsculas

Este es un post con mensaje. Normalmente, no quiero convencer a mis lectores de nada. Esta vez tampoco, pero sí quiero ideas y muchos comentarios, por favor. Esto es algo que llevo un tiempo pensando y que no ha cuajado, pero no puede cuajar sin escribirlo y discutirlo. Así funciono :)

Cada vez que que veo ollas rosas quiero comprarlas. No me gusta cocinar. No vivo sola. Pero las ollas son rosas y me gusta el rosa. Además, apoyar en la lucha contra el cáncer de mama es importante ¿o no?

También soy fan de las libretas hechas con hojas recicladas. Hace como 5 años que no escribo más de un párrafo en una libreta. Pero las hojas recicladas son bonitas. Y hay que reciclar el papel, porque el mundo se está acabando.

Ah, y ni hablar de la campaña RED. Quiero un iPod, pero sólo uno de esos rojos. No importa que mi mp3 de dos gigas ni siquiera está lleno. Es que el SIDA está acabando con África, y una tiene que poner su granito de arena.

A veces me siento a pensar sobre los problemas del mundo (Educación, Nutrición, Calentamiento Global, Cáncer, SIDA) y me mareo. Me pasaba lo mismo cuando era más pequeña y pensaba en todo el conocimiento que estaba por ahí en el mundo y que nunca iba a llegar hasta mí (sí, soy controladora y neurótica desde el día que nací). No es como los relojes esos con causa, no se puede escoger un problema y olvidar los demás. Para ser un ciudadano responsable, hay que ser integral. No por comprar una olla rosada, se va a olvidar uno de los niños sin zapatos y sin educación y sin agua y sin...

El ser humano no puede (o no quiere) pensar en conceptos tan abstractos y tan grandes y tan preocupantes. ¿Qué hacemos entonces? pues le ponemos colores a los productos. Salimos del súper con una olla rosada, una camiseta roja, una libreta verde y un reloj amarillo. Hace más difícil combinar pero bueno, algún sacrificio hay que hacer para salvar al mundo, ¿no?.

Podemos culpar a los sospechosos comunes: Los Medios, Las Corporaciones y El Gobierno. Repartir culpas no es un problema (aunque a veces Guille, el hermanito de Mafalda, confunde al gobierno con el clima) , claramente es culpa de Las Instituciones que quieren Vender y Sacar Provecho de nuestras Buenas Intenciones.

Además de comprar productos coloridos, somos buenísimos para delegar responsabilidades. Olvidamos que el mundo capitalista lo mueven los consumidores. Nosotros a los que nos encanta el rosa. Olvidamos que se puede cerrar la cartera y que comprar no es lo mismo que ayudar.

La semana pasada fui a una plática que dio mi prima sobre cambio climático, su travesía por medio mundo y su experiencia en Copenhagen. Al final, dijo algo que me llegó mucho. Dijo que las acciones individuales ya pasaron. Que nadie nos va a dar una estrellita por cuidar el agua o separar la basura. Es momento de acciones regionales y globales.

Me sentía yo tan buena persona por cuidar el agua y (a veces) desconectar aparatos eléctricos... ahora resulta que no me voy a ganar el cielo con eso.

Hace tiempo que pienso que debo dejar de pensar y comenzar a hacer. Yo aquí sentada, agobiada por los problemas de la Vida Moderna (de Rocko) es lo mismo que Yo aquí sentada comiendo charritos.

Y bueno, qué tal si la incongruencia no está tan mal. Qué tal si es posible escoger un Gran Tema, descubir cómo involucrarse. Tal vez, después, escoger otro. Tomárnoslo con calma. No rompernos la cabeza. Pero participar activamente en la resolución de un problema, de una parte de un problema, de una migaja de un problema.



¿Quién te gusta? y otras preguntas que espero no volver a escuchar

Nunca voy a volver a leer como cuando estaba en secundaria. Hay muchas cosas que uno pierde en el paso por la adolescencia, unas más divertidas que otras. Yo perdí una sorprendente capacidad para abstraerme en todo tipo de historias y gané una identidad. Quiero pensar que valió la pena.

Entre ayer y hoy releí "Si tú supieras..." un libro de como 90 páginas sobre Zoe, la típica niña que es amiga de todos y que por eso no le gusta a los niños. Tiene cuatro hermanas mayores y todas le advierten sobre el "séptimo grado", las hormonas y el llanto en los baños de la escuela.

A los doce, trece, catorce años, leí ese y otros libros como una adicta. Sin saborear y sin aprehender. Lo importante era llenar mi cabeza de las palabras de otros. Supongo que los adolescentes normales hacen lo mismo con videojuegos, televisión o pornografía. La única forma de evasión que yo conocía entonces eran las páginas de los libros que llenaban las paredes de mi casa. El internet era lento y la computadora casi de juegete; mi madre le dice "caja idiota" a la tele y vigilaba como sabueso las horas de exposición a la idiotez.

A veces extraño la sensación de total ensimismamiento, que no he vuelto a encontrar (bueno, viendo The Girls Next Door, juro que he oído morir a mis neuronas) . Realmente las decenas de libros que leí no cuentan, porque ahora me es difícil recordar la trama, lo que me hicieron sentir o lo que aprendí de ellos. Gracias a dios no existían los emos y gracias a dios que no me gusta vestirme de negro, porque yo hubiera sido una candidata perfecta.

Las hermanas de Zoe no pueden evitar darle consejos, aunque saben que es una etapa que tiene que vivirse. Los cuentos para prevenirla caerán en saco roto, como todo lo que se dice a adolescentes de trece años. Lo sé porque recuerdo tener trece años mejor de lo que quisiera, y porque he aconsejado tres hermanitas.

Y si pudiera aconsejar también a mi yo de trece años, le diría que hay una razón por la que, en el libro, nunca sabemos si Zoe le confesó a Tommy que le gusta. Los libros para pubertos tienen que tener finales abiertos. Todo debe tener un final abierto. En la vida, no hay camino que no se bifurque, decisión que no se cuestione o relación que no se complique.

A Zoe le gusta Tommy y a Tommy le gusta Zoe. Pero CJ es la mejor amiga de Zoey y a ella le gusta Tommy también. Toda la maldita vida es acerca de lo mismo.


domingo, 21 de marzo de 2010

Dos de policías

Mérida es una ciudad de la que sus habitantes dicen muchas cosas, pero no creo que nadie diga que le faltan historias.

Mi papá es una persona de la cual se pueden decir muchas cosas. Tal vez no muchos digan que le gusta contar historias, tal vez digan que eso nos lo deja a mí o a mi madre. Pero yo sé que le gusta. Sobre todo si esas historias involucran la ciudad que lo vio nacer, de la que nunca se cansa.

Los policías son unos personajes de los cuales uno dice muchas cosas. Las historias van casi siempre acompañadas de insultos y peyorativos. A veces de dinero que intercambia manos o de discusiones sobre la constitucionalidad de los retenes. Pero pocas veces dice uno algo que tenga que ver con la ausencia de patrullas.

Qué suerte que me tienen a mí. Yo les voy a contar dos historias que contó mi papá sobre policías sin patrulla en la Mérida de los setentas. Qué suerte, de verdad.

Primero tenemos que situarnos en el tiempo y el espacio. Esto es una Mérida que acababa en la Campestre, donde los jóvenes jugaban arrancones en las noches porque no había nada en la tele, ni existía internet ni vendían productos Marinela. Ya? OK...

Uno de los lugares preferidos para dichos arrancones era, por supuesto, Prolongación Montejo (porque ni siquera había muchos lugares para escoger...) . Los jóvenes eran bien rebeldes y la autoridad tenía que hacer algo. Entonces recurrieron a la solución más fácil, práctica y, estoy segura, efectiva.

Todas las noches, una grúa llevaba una patrulla inservible a la esquina donde ahora está Chedraui, frente al Monumento a la Bandera. Ahí se sentaban dos guardianes de la ley, con sus uniformes y su cara de malotes. Pasaban toda la noche así, sin quitar la cara de malotes, que era su única arma; además de la autoridad de los uniformes y la patrulla inservible, claro está. Una vez llegada la madrugada, la grúa volvía por ellos.

Imagino el momento en el que a alguien se le ocurrió esta grandiosa idea. Y realmente no tengo palabras para describir lo grandiosa que es.

Pero estos no eran los únicos polícias con problemas de locomoción. En el Roger's había un agente gordo gigantesco (que a veces también trabajaba en la papelería de mi abuelo, pero esa es otra historia, que deberá ser contada en otra ocasión) cuya misión era asegurarse de que los estudiantes no comieran muchos charritos y que nadie los atropellara. Esto, obviamente, no ameritaba la posesión de un vehículo.

Hasta que un día sí fue necesario. Un día que un automovilista pasó, por segunda o tercera vez en un corto tiempo, muy rápido por la avenida, poniendo en peligro la vida de los jóvenes a cargo de El Gordo (o La Mole o un apodo así que no recuerdo...en los setentas todos tenían apodos).

Y ¿Qué hace un policía cuando no tiene los medios para defender a la población? Pues se sube a al destartalado Vocho de uno de los estudiantes y le dice : "¡¡SÍGUE A ESE LOCO!!!"

Por favor, traten de imaginar tener 17 años y un vocho. Y ser hombre. Y que un policía gigantesco les pida que sígan a toda velocidad a otro auto. De verdad me hubiera gustado estar ahí.

Así termina nuestra lección de historia. La moraleja es, obviamente, que las autoridades siempre toman las mejores decisiones y no hay que cuestionarlas nunca.

domingo, 14 de febrero de 2010

Porque te quiero en Tumblr


Escribí sobre arte y amor en mi Tumblr

Feliz 14 de febrero.

lunes, 11 de enero de 2010

muajaja

Bueno amigos, prometidísmo no abandonar a Drugs. Así Pinky Promise.

Pero mientras: MJ y Zombies!! mi nuevo Tumblr. Es para cosas más tontas, links y pensamientos rápidos. Dénse una vuelta :)

pd: adivinen el por qué del título y se ganan un premio

lunes, 4 de enero de 2010

pequeña oda a internet

¿Saben por qué me encanta Internet? porque me encantan las coincidencias. Me fascina encontrar gente con la que tengo cosas en común, que no conocería de otra manera. Me gusta intercambiar ideas. Pero, como buen ser humano, me gusta más cuando esas ideas se parecen a las mías.

Dos ejemplos recientes:
1. Hace poco Eduardo Huchín publicó un poema de Elizabeth Bishop que yo había posteado el año pasado, después de encontrarlo en un blog. Me hizo feliz porque las palabras llegaron (otra vez) en el momento perfecto. Y porque me confirmó mi buen gusto.

2. Hoy encontré una cita en un Tumblr nuevo , brincando entre una página y otra. Las coincidencias son dos: es de la misma autora que estoy leyendo en estos días, Margaret Atwood. Además habla sobre el tiempo y lo que significa, y también sobre pérdidas. Les dejo el original y mi traducción libre:

“Time is not a line but a dimension. You don’t look back along time but down through it, like water. Sometimes this comes to the surface, sometimes that, sometimes nothing. Nothing goes away.” ( de la novela Cat Eye)

"El tiempo no es una línea sino una dimensión. No miras atrás sino a través de él, como del agua- A veces esto viene a la superficie, a veces lo otro, a veces nada. Nada se pierde"